ASCENDIENTES DE RODRIGO DÍAZ DE VIVAR. GONZALO MARTÍNEZ DIEZ Académico Numerario de la Institución Fernán González RESUMEN: Se estudia el linage de Rodrigo Díaz de Vivar, especial- mente su ascendencia paterna encabezada por Laín Calvo, muy an- terior a la leyenda de los Jueces de Castilla; se recogen las citas de estos ascendientes en los diplomas de la época. El linaje del Cid Campeador nada tiene de común con el linaje de los Laínez o Flaí- nez, condes leoneses, ya que no cabe confundir los nombres de Mu- nio y Nuño y los patronímicos Muño y Núñez como si fueran uno so- lo, demostrándose que se trata de dos nombres personales y de dos patronímicos distintos. PALABRAS CLAVE: Cid Campeador, Rodrigo Díaz, Genealogía. ABSTRACT: Rodrigo Díaz de Vivar's linage is studied, specially his Paternal ancestry headed by Laín Calvo, very previous to the legend of the Jueces de Castilla; there gather the appointment of these as- cendancies in the diploms of the epoch The lineage of the Cid Cam- peador has nothing in common with the lineage of the Laínez or Flaí- nez, counts from León, since it is not possible to confuse the names of Munio and Nuño and the pratronymic Muño and Núñez as if they were the same person, being demonstrated that it is a question of tWO personal names and of two different patronymic ones. KEYWORDS: Cid Campeador, Rodrigo Díaz, Genealogy. ISSN: 0211-8998. B.I.F.G. Burgos, LXXXVI, 234 (2007/1), (31-52) 32 GONZALO MARTÍNEZ DIEZ [2] FUENTES HISTORICAS. De ningún otro personaje histórico del siglo XI, fuera de los re- yes, podemos trazar una genealogía tan exacta y que se remonte hasta la séptima generación, como la que la Historia Roderici atri- buye expresamente a su biografiado, y que alcanza hasta un quin- to y sexto abuelo de Rodrigo, de nombre Laín Calvo. Si aplicamos un mismo cómputo generacional al monarca Alfonso VI, coetáneo del Cid, su quinto abuelo sería Ordorio II (m. 924) y el sexto abuelo Alfonso III (m. 911), lo que haría de Laín Calvo un ante- pasado de Rodrigo que pudo vivir en el primer cuarto del siglo X. Precisamente el hecho de que la Historia Roderici, redactada unos doscientos arios después de la época que corresponde a Laín Calvo, cabeza de la ascendencia cidiana conocida, nos ofrezca esta detallada genealogía ha servido de argumento para negar la credi- bilidad de su esquema genealógico por la imposibilidad o dificultad de remontarse en la memoria de los antepasados hasta la séptima u octava generación, ya que no conocemos ningún otro caso, salvo en los linajes regios, en que los recuerdos genealógicos hayan alcanza- do hasta tan alejado grado de parentesco. No consideran la singularidad de la Historia Roderici, la prime- ra biografía de toda nuestra historiografía, interesada por lo tanto en recoger todas las noticias conservadas en la memoria de la fami- lia de Rodrigo Díaz de Vivar acerca no sólo de su vida, sino también todas las memorias conservadas en la familia relativas a sus oríge- nes y a sus antepasados. El hecho de que la memoria familiar pueda alcanzar hasta el quinto o sexto abuelo resulta hoy extraño y casi increíble, pero no era imposible en el siglo XI, en una sociedad rural campesina, don- de la comunicación con los abuelos y más con las abuelas, que eran las que conservaban mejor las memorias recibidas de sus mayores, especialmente todas las referentes a parentescos. Todavía en tiem- pos muy recientes hemos conocido casos de personas que hablaban con toda precisión de sus antepasados con sus nombres y hechos hasta la sexta generación, esto es, a los coetáneos y participantes en la guerra de la Independencia de 1808, basándose no en documen- tos o en diarios escritos sino únicamente en la transmisión oral. B.I.F.G. Burgos, LXXXVI, 234 (2007/1), (31-52) [3] ASCENDIENTES DE RODRIGO DÍAZ DE VIVAR 33 ¡Cuánto más sería esto posible en una sociedad, que como otras primitivas, v.g. algunas africanas hasta fechas muy recientes, con- fiaban y transmitían sus recuerdos familiares mediante recitaciones memorísticas, recuerdos importantes para todos, pero mucho más para familias que presumían de su distinción y nobleza, aunque no fuera la de más alto grado! La genealogía cidiana nos ha sido transmitida únicamente en dos fuentes históricas muy diversas: la primera de ellas, la más an- tigua, muy próxima a la muerte del Cid es la ya citada Historia Ro- derici que nos ofrece el siguiente relato: El origen de su linaje parece que es este: Laín Calvo engendró muchos hijos, entre los cuales estuvieron Fernando Laínez y Ber- mudo Laínez. Bermudo Laínez engendró a Rodrigo Bermúdez. Laín Fernández engendró a Nuño Laínez. Roderico Bermúdez en- gendró a Fernando Rodríguez, el cual engendró a Pedro Fernán- dez y a una hija llamada Eilo. Nuño Laínez tomó en matrimonio a esta Eilo y engendró en ella a Laín Núñez. Laín Núñez engendró a Diego Laínez, el cual engendró a Rodrigo Díaz Campeador en una hija de Rodrigo Álvarez, que fue hermano de Nuño Álvarez, el cual tuvo el castro de Amaya y muchas otras provincias de aquellas re- giones. Rodrigo Álvarez tuvo el castro de Luna y los territorios de Mormojón, Moradillo, Cellorigo y Curiel y otras muchas villas en la tierra llana. Fue su esposa doña Teresa, hermana de N11710 Laí- nez de Rejas (1). Esta noticia genealógica puede ser gráficamente representada así, Primero en lo atañe al linaje paterno, y en segundo lugar al materno: (1) Trad. Irene Ruiz Albi, Historia latina de Rodrigo Díaz de Vivar, Burgos 1999, p. 103. Texto latino, José Manuel Ruiz Asencio, Historia latina..., p. 53- 54:Stirpis ergo hec esse uidetur: Flaynus autem Caluus multos genuit filios, de eo- rum numero fuit Fredinandus Flaynet et Bermudus Flaynet. Bermudus autem Flaynet genuit Rodericum Bermudez. Flaynus autem Fernandez genuit Nunnum Playnet, Rodericus autem Vermudez genuit Fredinandum Roderici. Fredinandus autem Roderici genuit Petrum Fredinandez et unam filiam nomine Eylo. Nunnus autem Flaynez accepit istam Eylo in uxorem et genuit ex ea Flaynum Nunez. Flay- nus autem genuit Didacum Flaynez. Didacus autem Flaynez genuit Rodericum Di- daci Campidoctum ex filia Roderici Albari, qui fuit frater Nunni Albari, qui tenuit castrum Amaye et plurimas alias regionum prouintias. Rodericus autem Aluarez tenuit castrum Lune et prouintias de Monte Moggon et Muratellum et Cellorigo et Corel et multas uillas in planitia. Uxor autem eius fuit domna Teresia, soror Nun- nionis Flaynez de Relias. B.I.F.G. Burgos, LXXXVI, 234 (2007/1), (31-52) Lain Calvo (59 y 69 abuelo) Fernando Lainez Bermudo Lainez (49 abuelo) (59 abuelo) Lain Fernández Rodrigo Bermúdez (tatarabuelo) (49 abuelo) Fernando Rodríguez (tatarabuelo) 1 Nurio Lainez (bisabuelo) Eilo (bisabuela) Pedro 34 GONZALO MARTÍNEZ DIEZ [4] GENEALOGÍA PATERNA DE RODRIGO DÍAZ DE VIVAR Lain Núñez Diego Lainez (padre) RODRIGO DÍAZ FAMILIA MATERNA DEL CID CAMPEADOR Lain Álvaro Nurio Lainez de Rejas Teresa = Rodrigo Álv. (Luna) (Mormojón) (Moradillo) (Cellorigo) (Curiel) Nurio Álv. (Amaya) Diego Lainez = D." X. Rodríguez RODRIGO DÍAZ B.I.F.G. Burgos, LXXXVI, 234 (2007/1), (31-52) [5 ] ASCENDIENTES DE RODRIGO DÍAZ DE VIVAR 35 Observemos la simplicidad y llaneza de la enumeración de los antepasados de los que no se consigna ningún otro dato sino su re- lación de paternidad o filiación, salvo en la generación del abuelo materno y del hermano de este, donde ya se nos indican las tenen- cias que gobernaron. Ante todo es de destacar que el primer eslabón de la cadena genealógica, Laín Calvo, es tan sólo un nombre sin que para nada se recuerde su supuesta condición de juez de Castilla. Esto significa que en las primeras décadas del siglo XI, cuando se redactaba la Historia Roderici todavía no se había elaborado la leyenda de los jueces de Castilla; que no fue la Historia Roderici la que tomo el nombre de uno de los pretendidos jueces de Castilla pa- ra hacerlo cabeza del linaje cidiano, sino al revés, que fue la leyen- da la que tomo el nombre del cabeza conocido del linaje de Rodrigo, para convertirlo en uno de los dos jueces de Castilla. La noticia más antigua que disponemos de los dos jueces de Cas- tilla es casi un siglo posterior a la Historia Roderici; se encuentra en el llamado Liber regum villarensis, datado por su primer editor en- tre los arios 1194 y 1211 (2) y más tarde por Diego Catalán entre 1196-1209 (3). Antes en la segunda mitad del siglo XII la Crónica Najerense ha- bía incluido una genealogía del conde Sancho García de Castilla (995-1017), que se remontaba hasta Nurio Rasura, pero también sin que en ella se mencionase para nada el carácter de juez del dicho Nurio Rasura, y se ignorase por completo a Laín Calvo y a su des- cendencia (4); parece que todavía por esas fechas no había tomado cuerpo la leyenda que más tarde atribuiría a los dos cabezas de las mencionadas genealogías, Laín Calvo y Nurio Rasura, el carácter de j ueces de Castilla elegidos por el pueblo. La segunda fuente histórica que nos ofrece la genealogía del Cid Campeador es la conocida como Linaje de Rodrigo Díaz incluida entre las Crónicas Navarras, que se han conservado en algunos ma- nuscritos del Fuero General de Navarra, entre el cuerpo del primi- (2) Manuel Serrano Sanz, Cronicón villarense (Liber Regum), primeros años del siglo XIII: la obra histórica más antigua en idioma español, en "Boletín de la Real Academia Española", 6(1919)219-220. (3) El Toledano romanzado y las estorias del fecho de los godos del siglo XV, en "Estudios dedicados a James Homer Herriot", Madison 1966, p. 21-22. (4) Georges Martin. Les juges de Castille, París 1992, p. 33-35. B.I.F.G. Burgos, LXXX VI, 234 (2007/1), (31-52) 36 GONZALO MARTÍNEZ DIEZ [6] tivo Fuero General y la ampliación de Felipe de Evreux del ario 1330. Se puede datar la redacción de este Linaje de Rodrigo Díaz en el reinado del monarca navarro Sancho VI, el Sabio (1150-1194) y después de la muerte de Alfonso VII, el Emperador en 1157 (5). Dentro de este ámbito temporal, 1157-1194, creemos que el Li- naje de Rodrigo Díaz fue compuesto más bien hacia el final del mis- mo, dado que en él ya encontramos la mención de los dos jueces de Castilla: Nurio Rasura y Laín Calvo: Est es el linage de Ródric Díaz, el Cambiador, que diván mo Zid el Campeador, como ueni dreytamentre de linage de Laín Cabo, qui fu conpaynero de Nueno Rasuera e foron amos iudices de Castela. De linage de Nuenno Rasuera uino l'Emperador, de linage de Layn Calbo uino Meu Zit, el Campiador. Laín Calbo ouo II fijos: Ferant Layniz ouo fijo a Laín Ferlández, Bermunt Laíniz ouo fijo a Rródric Bermúndez e Ródric Bermúndez ouo fijo a Pedro Ferrándiç e una fija, que ouo nopne don Elo. Num- no Layniz priso muier a don Elo e ouo en eylla Layn Múniz. Laín Múnez ouo fijo a Diac Laynez. El padre de Ródric Díaz, el Cambia- dor, Díac Laynez priso muier, fija de Roic Alberez de Sturias, et fo muyt bon ombre e ouo en eylla a Ródric Díaç (6). Esta segunda noticia genealógica cidiana sólo añade a la prime- ra, a la de la Historia Roderici, un único dato, el referente a don Ro- drigo Álvarez, abuelo materno del Cid, al que esta designa como Rodrigo Álvarez de Asturias y al que califica como muy buen hom- bre y muy rico. De ser cierta esta ubicación asturiana de don Rodri- go, creemos que se trataría de las Asturias de Santillana, aunque no estemos en condiciones de identificar a este Rodrigo Álvarez entre los intervinientes en los diversos diplomas de unas y otras Asturias. Con todo para nosotros resulta evidente la dependencia de la ge- nealogía cidiana del Linaje de Rodrigo Díaz del primero y más an- tiguo, del procedente de la Historia Roderici, ya que ambas consig- nan la doble descendencia del Cid de Laín Calvo por dos ramas distintas que vuelven a reunirse en el matrimonio de Nurio Laínez con doña Eilo, coincidencia que sólo se explica por haber copiado la fuente más moderna de la más antigua o ambas de una tercera, de (5) 0.c., p. 32. (6) 0.c., p. 32-33. B.I.F.G. Burgos, LXXX VI, 234 (2007/1), (31-52) [7] ASCENDIENTES DE RODRIGO DÍAZ DE VIVAR 37 cuya existencia no nos consta y que descartamos como hipótesis por ser muy poco probable. 2.- IDENTIFICACION DOCUMENTAL DE LOS ASCENDIENTES CIDIANOS. De las dos fuentes de la genealogía, la primitiva u original repre- sentada por la Historia Roderici y la segunda o derivada, transmiti- da por el Linaje de Rodrigo Díaz, el Campeador, fue únicamente la primera la que atrajo, y con toda razón, la atención de Menéndez Pidal (7); partiendo de los nombres incluidos en esta genealogía tra- tó el ilustre maestro de identificar a los ascendientes del Cid con al- gunos de los personajes reseñados en la documentación de la época como otorgantes, confirmantes o simplemente como testigos. Limitándonos aquí a los ascendientes paternos de Rodrigo Díaz de Vivar se señala la presencia de Diego Laínez, el padre de Rodri- go, en la documentación una única vez. Se trata de un diploma del 29 de octubre de 1047 por el que se documenta la donación de la iglesia de Santa María, junto al río Cabia, en el término concejil de la ciudad de Burgos, otorgada por Nurio Álvarez con su esposa do- ña Goto. El donante podría ser, sin que nos conste con certeza, el tío abuelo del Cid, del mismo nombre, por línea materna. Confirman la donación el rey Fernando I y su esposa doña Sancha con sus cinco hijos los infantes Sancho, Alfonso, García, Urraca y Elvira, figu- rando como el último de los testigos Didaco Flaginiz testis (8), al que se identifica con el padre del Cid. Si a Diego Laínez, identificado como padre del Cid, sólo lo en- contramos una única vez en los diplomas de la época, a Laín Núñez, Posiblemente el abuelo paterno de Rodrigo Díaz de Vivar, Menén- dez Pidal lo señala hasta seis veces en la misma documentación en- (7) Antonio Ubieto Arteta, Corónicas navarras, Valencia 1964, p. 13. (8) Gonzalo Martínez Diez, Colección documental del monasterio de San Pe- dro de Cardeña, Burgos 1998, doc. 252 transcrito del Becerro Gótico de Cardeña. Después de compuesto el Becerro Gótico se redactó una falsificación, con fecha del 2 de julio de 1047, de este diploma ampliando las concesiones a favor del monaste- rio. Este falso diploma, hoy desaparecido, fue publicado por Francisco de Bergan- za , Antigüedades de España..., II, Madrid 1721, p. 425-426; en esta falsificación se omitió la presencia de Diego Laínez como testigo; cf. Martínez Diez, oc., doc. 250. B.I.F.G. Burgos, LXXXVI, 234 (2007/1), (31-52) 38 GONZALO MARTÍNEZ DIEZ [8] tre los arios 1045 y 1062, a saber: el 1 de octubre de 1045: Flagino Nuniz hic rb. (9); el 29 de octubre de 1047: Laín Núñez (10); el 26 de octubre de 1049: Flaino Nunniz cf. (11); el 31 de agosto de 1356: Fla- ginu Nunnez, cf. (12); el 1 de junio de 1057: Flaginu Nunneç cf. (13); y el ario 1063: Flain Nunnez, cf. (14). De ser cierta la identificación del Laín Núñez de los diplomas como abuelo del Cid, al menos el de los dos documentos de San Pe- dro de Arlanza y de los tres de San Salvador de Oria, el tal Laín Nú- ñez habría sobrevivido probablemente a su hijo Diego Laínez, del que no tenemos ninguna noticia o indicios de que pudiera hallarse en vida con posterioridad al ario 1054, fecha en la que suponemos, que tras la batalla de Atapuerca, recuperó las fortalezas de Ubier- na, Urbe' y La Piedra, que se encontraban en manos de tenentes na- varros. El único indicio que apoya esa identificación del Laín Núñez de los diplomas con el abuelo del Cid es el hecho de que en esos mis- mos seis diplomas, incluso en el de Eslonza, confirma o interviene Nurio Álvarez, un tío abuelo materno de Rodrigo Díaz de Vivar, lo que revelaría cierta estrecha relación familiar. Menéndez Pidal le asigna como fecha probable de nacimiento hacia el ario 1000 (15). Si continuamos ascendiendo por los eslabones superiores de la cadena genealógica del infanzón de Vivar cualquier intento de identificación de su bisabuelo Nurio Laínez, de sus tatarabuelos Laín Fernández y Fernando Rodríguez, de sus cuartos abuelos Fer- nando Laínez y Rodrigo Bermúdez, de sus quintos abuelos Laín Calvo y Bermudo Laínez, todos ya personajes del siglo X en el que (9) G. Martínez Diez, 0.c., doc. 247. (10) Francisco de Berganza, Antigüedades de España..., II, Madrid 1721, p. 426. El nombre de Laín Núñez sólo aparecía en el mismo original, donde también se le- ía el nombre de su hijo Diego Laínez, cuyas subscripciones copió Berganza, pero que no pasaron a la trancripción del mismo documento efectuada en dicho Becerro. (11) Vicente Vignatt, Cartulario del monasterio de Eslonza, Madrid 1885, p. 354-356. Por tratarse de un documento de fuera del área castellana referente a las riberas del Porma y de su afluente el Curueño creemos que se trate más bien de una mera coincidencia del nombre y el patronímico con el abuelo del Cid. (12) Juan del Álamo, Colección diplomática de San Salvador de Oiia (822- 1284), Madrid 1950, I, doc. 40. (13) 0.c., doc. 42. (14) 0.c., doc. 46. (15) Ramón Menéndez Pidal, La España del Cid, r edic., Madrid 1969, II, p. 682. B.I.F.G. Burgos, LXXXVI, 234 (2007/1), (31-52) [91 ASCENDIENTES DE RODRIGO DÍAZ DE VIVAR 39 escasea la documentación, con alguno de sus homónimos, firmantes o intervinientes en esos diplomas se convertiría en una pura elucu- bración y en un juego de hipótesis sin fundamento suficiente e in- demostrables. 3.- EL LINAJE DE LOS LAINEZ LEONESES. Entre estos casos de una cierta homonimia con alguno de los an- tepasados del Cid, aunque se trate de una homonimia parcial y li- mitada, se cuenta la que ha sido señalada y resaltada por cierta bri- llante investigadora (16) en el linaje condal de los Laínez leoneses. En el enfrentamiento por el trono leonés entre los dos hermanos, Alfonso IV y Ramiro II, que tuvo lugar en los arios 932 y 933 aparece como amigo del rey Ramiro II y comandante de las fuerzas que apo- yaban a este monarca un conde llamado Laín; así nos lo narra el prín- cipe de los historiadores musulmanes Ibn Hayyan resumiendo una carta de caíd del ejército musulmán Abd al-Hamid ibn Basi remitida al califa Abd al-Rahman III comunicándole noticias acerca de: ...la buena nueva de las desavenencias entre el enemigo, al que Dios confunda, y de la agitación producida por la rebelión de los condes Banu Gómez y Ansúrez contra su rey, el tirano Ramiro hijo de Ordoño, en apoyo de su hermano Alfonso, con cuyo motivo habí- an atacado el llano de la capital leonesa, matando a cuantos súbdi- tos suyos hallaron y pillando cuantos depósitos suyos alcanzaron. El bárbaro Ramiro había sacado contra ellos a su amigo y coman- dante de sus fuerzas, el conde Flayn, con un gran ejército, con el que se enfrentó a los condes, quienes le infligieron una tremenda derro- ta, matándole 300 hombres, entre ellos su hermano mediano y su yerno, más algunos hombres de Ramiro (17). A pesar de su dignidad condal no hemos hallado ninguna refe- rencia a este conde Flaín en ninguna otra fuente ni cronística ni di- plomática, por lo que queda en la más absoluta oscuridad el patro- (16) Margarita C. Torre Sevilla-Quiñones de León, El Cid y otros señores de laguerra, León 2000; El linaje del Cid, en "Anales de la Universidad de Alicante. His- toria Medieval", 13 (2000-2002) 343-360. (17) Ibn Hayyan, de córdoba, Crónica del califa Abdarrahman III an-Nasir en- tre los años 912 y 942 (al-Mugtabis V), Zaragoza 1981, p. 244. B.I.F.G. Burgos, LXXXVI. 234 (2007/1), (31-52) 40 GONZALO MARTÍNEZ DIEZ [10] nímico que unía a su nombre personal, así como cuál pudo ser su sucesión. La citada autora conjetura que el sucesor de este conde Laín fue Munio La3ínez, suponiendo entre ambos una relación paterno filial, de la que no tenemos ninguna prueba ni certeza, pero que no resul- ta absurda: Es posible suponer que un hijo de este fuera Munio Fla- ínez por cuanto Munio aparece siempre vinculado a la familia de Cea, cuyo cabeza visible, Vermudo Núñez, siempre se distinguió por su fidelidad a Ramiro II (18). A continuación partiendo de esta re- lación conjetural nos ofrece los siguientes esquemas genealógicos del linaje de los Layn, que ofrecemos en las páginas 41 y 42. La aparente semejanza de alguno de los nombres condujo a nuestra apreciada profesora e investigadora a introducir a Rodrigo Díaz de Vivar dentro del linaje condal de los Flaínez y a dibujar un supuesto esquema genealógico que introducía al héroe burgalés dentro del mencionado linaje y en el que se fundían en un único es- quema, que reproducimos en la página 43. A primera vista causa una fuerte impresión positiva esa inclu- sión del Cid en el linage condal de los Laínez que la profesora Torre Sevilla nos propone, pero, si sometemos a un pormenorizado y ra- zonado análisis esa inclusión, nos vemos avocados a ver cómo esas supuestas homonimias y coincidencias entre los antepasados del Cid según la Historia Roderici y los miembros del linage de los Flaínez se disipan y se revelan prácticamente inexistentes. 4.- LAS SUPUESTAS HOMONIMIAS ENTRE AMBOS LINAJES NO EXISTEN. Las coincidencias entre ambos esquemas genealógicos, el del Cid según la Historia Roderici y el del linaje condal de los Laínez leoneses, según el estudio realizado por la profesora Torre Sevilla son básica- mente cuatro, que se dan en el tatarabuelo Flaín Fernández, en el bi- sabuelo Munio Flaínez, en el abuelo Flaín Muñoz y en el padre Diego Laínez, y que examinaremos cada una de ellas singularmente. (18) Margarita Torre Sevilla, Linajes nobiliarios de León y Castilla. Siglos ¡X- XIII, Valladolid 1999, p. 135 B.I.F.G. Burgos, LXXXVI, 234 (2007/1), (31-52) ESQUEMA GENEALÓGICO FLAINEZ (I) FLAÍN (primera mitad s. X) GONTRODO = FERNANDO FLAÍNEZ I (Conde) MUNIO FLAÍNEZ 1= FROILOBA VERMÚDEZ DE CEA (Conde (960)) Auria Eldoara Aroza Justa Fernández de Cea = Flain Muñoz = Justa Pépiz Fernández Fernández Fernández Conde (m. 1000) Jimena Muñoz = Gonzalo Mirélliz Munio Fernando Flainez II Elvira Pedro Flainez Marina Gonzalo Flainez II (Conde de León) Flainez (Conde 1020) Flaínez González (Conde) (m. h. 1052/1053) Bronilde Elvira Peláez Flain Fdz. Oveco Fdz. Justa Fdz. Pedro Fdz. Pelayo Fdz. Munio Fdz. Diego Fdz. (Conde Diego Pérez Fáfila Pérez Pelayo Pérez Jimena Fernando Pérez (Conde) (Conde) (m. h. 1046)) (Conde) n.)ESQUEMA GENEALÓGICO FLAÍNEZ (II) FERNANDO FLAÍNEZ II = ELVIRA PELÁEZ (Conde de León (m. h. 1052/1053)) Sancha = Flaín Fernández = Toda (Conde (m.d. 1070) Oveco Fernández Justa Fernández Pedro Fernández Pelayo Fernández Munio Fernández Diego Fernández (Conde (in. cl. 1050) (Conde (in. d. 1050)) (m. h. 1046)) Fernando Martin dinega ¿Flain Peláez? Esquema Flaínez III Flainez Flaínez familiar (Conde, alférez real (Conde, (m. Uclés 1108)) Gotina Vermúdez Conde (m. d. 1106)) Diego de Sancha Fernández Oviedo Rodrigo Martínez Pedro Martínez Osorio Martínez Vertnudo Flaínez (Conde, (m. Corias, (m. 1123) (Conde, (m. Lo- 1138)) bregal, 1160)) ESQUEMA V Munio Flaínez = Froiloba Vermudez de Cea (Conde 960)Gontroclo = Fernando Flaínez I (Conde) 1 I Munio Flaínez II (Conde) Fernando Flaínez II (Conde de León (m. h. 1052/1053)) = Elvira Peláez 1 Elvira Flaínez Diego Flaínez (m. d. 1058) Flain Fernández (Conde) Oveco Justa Pedro Pelayo Munio Diego Fernández (Conde (m. h. 1046) RODRIGO DÍAZ DE VIVAR = JIMENA DÍAZ(•) Pedro Flaínez (Conde (1030)) = Bronilde 11__ Marina Flaínez ESQUEMA GENEALÓGICO (III): LOS FLAÍNEZ (SS. X-XI) FLAÍN ¿FERNÁNDEZ? (Conde (932)) I Justa Fernández de Cea = Flaín Muñoz = Justa Pepiz (1) (Conde (m. d. 1000) (2) Jimena Muñoz JIMENA DIAZ(*) 44 GONZALO MARTÍNEZ DIEZ [14] a) Laín Fernández En efecto, la Historia Roderici señala como tatarabuelo del Cid a cierto Flaynus Fernandez; en cambio no podemos afirmar que el presentado en el esquema de los Laínez como Flaín Fernández se llamara así; la misma profesora lo presenta en el aludido esquema colocando el Fernández entre interrogaciones expresando con toda fidelidad que el patronímico Fernández atribuido a este conde La- in es dudoso, ya que ninguna fuente documental nos ha conservado el patronímico el nombre de este conde. El único indicio que parece favorecer esta suposición es el hecho de que, dada la costumbre de poner al hijo primogénito el nombre del abuelo paterno, uno de los dos supuestos hijos del conde Flaín lleva el nombre de Fernando, pero he aquí que tampoco nos consta en modo alguno que los tales Fernando y Munio Flaínez sean hijos del conde Flaín por lo que hasta este argumento de congruencia re- sulta debilitado o desaparece. Resulta aventurado acumular hipóte- sis sobre hipótesis sin prueba documental. b) Munio Flaínez En este caso se pretende que el tal Munio Flaínez es el mismo Nunnus Flaynez de la Historia Roderici, dando por supuesto que Munio y Nunnus eran dos formas de un mismo y único nombre. Na- da más lejos de la realidad, la documentación de los siglos altome- dievales no confunden ambos nombres ni los patronímicos comple- tamente diversos derivados de los mismos, a saber: Muñoz y Núñez. Si examinamos la colección documental del monasterio de San- ta María de Otero de las Dueñas donde aparece reiteradamente el conde Munio Flaínez no encontramos ni un solo caso en que este magnate sea designado como Nurio u otra forma equivalente (19). Pero no sólo en este caso del conde Munio Flaínez, es que en las 128 citas de algún Munio en la misma documentación no hemos podido comprobar que venga a coincidir con alguna de las 64 veces que aparecen en la misma documentación menciones de algún Nurio. Munio y Nurio nunca designan a la misma persona. (19) José Antonio Fernández Flórez-Marta Herrero de la Fuente, Colección di- plomática del monasterio de Santa María de Otero de las Dueñas, 2 vols, León 1999 y 2005, doc. 6, 11, 12, 62 y 82. En adelante: Colección de Otero de las Dueñas. B.I.F.G. Burgos, LXXX VI, 234 (2007/1), (31-52) [15] ASCENDIENTES DE RODRIGO DÍAZ DE VIVAR 45 Se trata de dos nombres distintos que no se intercambiaban ni se utilizaban indiscriminadamente como uno sólo; al primero de ellos; Munio, correspondían las formas latinas: Monicz, Monino, Monio, Monium, Moniun, Monius, Monnio, Monnium, Monuiu, Munione, Munionis, Muniu, Munius, Munninu, Munnio, Munniz, Munnus, Mu- no, Mvnio y Mvunius, mientras para el segundo Nurio se utilizaban en los textos latinos otras formas: Nunio, Nunioni, Nunni, Nunno, Nun- num, Nunnus, Nunno y Nunus (20), algunas muy próximas a las ante- riores, que pudieron dar lugar en copistas de estos documentos a al- gún error o confusión. En la documentación del monasterio de Sahagún son catorce las referencias de nuestro Munio Flaínez; en todas ellas es designado como Munio, sin que ni una sola vez se confunda con un Nurio (21); es más en toda la copiosa documentación de Sahagún hasta el ario 1300, conteniendo hasta 1902 diplomas no aparece ni una sola vez un solo Nurio Laínez (22); la única forma que conocen para todos los Munios que ostentan el Lainez o Flagínez es exclusivamente la de Munio en alguna de sus diversas variantes: Monio, Moninio, Monnio, Monninio, Muninus, Munione, Munu, Munneu, Munnio, Munniu, Munno o Mvnio (23). La misma experiencia nos ofrece la documentación de la cate- dral de León donde en diversos diplomas encontramos citado algún Personaje con el nombre de Munio Flaínez sin que por el contrario aparezca ni tan sólo una única vez un Nurio Flaínez. Entre tantos Munios y Nurios sólo hemos hallado un único caso en que parece que la misma persona se presenta en un diploma con el nombre de Munnio Aiubiz y en otro como Nunnu Aiubz; admitimos que es muy (20) Colección de Otero de las Dueñas, II, p. 771 y 774. (21) José María Mínguez Fernández, Colección diplomática del monasterio de Sahagún. I: Siglos IX y X, León 1976, doc. 107, 108, 110, 124. 161,163, 178, 184, 189, 191, 193, 198, 328 y 345. Otra referencia al nieto del mismo nombre de nuestro Mu- nin Flaínez cf. Marta Herrero de la Fuente, Colección diplomática del monasterio de Sahagún, 1000-1073, León 1988, doc 381. (22) Colección diplomática del monasterio de Sahagún (857-1300): José María Mínguez Fernández, vol. I (siglos IX-X), León 1977; Marta Herrero de la Fuente, vol.II ( 1 000-1073), León 1988; idem, vol. III (1074-1109), León 1988; José Antonio Fer- nández Flórez, vol. IV (1110-1199), León 1991; idem, vol. V (1200-1300), León 1999. (23) José IN.IP Fernández Catón-José A. Fernández Flórez-Marta Herrero de la Fuente, Colección diplomática del monasterio de Sahagún, VI: indices, León 1999, P. 188. B.1.F.G. Burgos, LXXXVI, 234 (2007/1), (31-52) 46 GONZALO MARTÍNEZ DIEZ [16] 1 probable que se trate en efecto de una única persona, pero este uno de los casos, que ya señalábamos antes, sumamente raros, en que una misma persona aparece una vez como Munio y otra como NU7-20 por error de un copista, en este caso Nunnu Aiubz procede de un original (24), mientras el Munnio Aiubiz se ha transcrito del Tum- bo de la catedral de León (25). En la colección diplomática del rey Ramiro II reunida por el exi- mio investigador leonés Justiniano Fernández entre los múltiples Munios y Nurios que aparecen a lo largo de los 92 documentos no se encuentra ni un solo caso en se haga referencia a una misma perso- na nombrándola una vez como Munio y otras como Nurio (26). No existía ningún confusionismo o equivalencia entre estos dos nom- bres.; el que era Munio era Munio y el que portaba el nombre de Nurio era siempre Nurio. Más aún, en la misma colección se cita un documento donde apa- recen dos hermanos nombrados junto con su padre y su madre y con otros varios hermanos, unos mayores y otros menores, tratados to- dos con igualdad, todos como si todos fueran hijos legítimos del mismo matrimonio; y uno de estos hermanos es designado como Munio Assuriz y el siguiente como Nuno Assuriz. Se trata de un diploma custodiado en el monasterio de San Pe- dro de Carderia que había sido otorgado el 26 de diciembre del ario 943 en presencia del rey Ramiro II por el conde de Monzón Asur Fernández y su esposa doña Guntroda con todos sus hijos; confir- man el diploma el rey Ramiro, doña Toda, posiblemente la reina de Pamplona, y los hijos del conde de Monzón: Fernandus Assuriz, fi- lius comitis, conf. Oveco Assuriz conf. 1VIunio Assuriz conf. Nuno Assuriz conf. Gutter Assuriz conf. Gonzalvo Assuriz conf. Domna Taresa, filia comitis, conf. (27). (24) Emilio Sáez-Carlos Sáez, Colección documental del archivo de la catedral de León, II: 953-985, León 1990, doc. 333. (25) 0.c., doc. 403. (26) Justiniano Rodríguez, Ramiro II, rey de León, Madrid 1972, pág. 643. (27) Martínez Diez, Gonzalo, Colección documental del monasterio de San Pe- dro de Cardeña, Burgos 1998, doc. 43, tomado del Becerro Gótico de Cardeña; Francisco de Berganza, Antigüedades de España..., II, Madrid 1721, p. 385 lo pu- blica sin advertir el engaño tomándolo de un documento falsificado al que se aña- dieron algunas cláusulas favorables para el monasterio de Carderia. B.I.F.G. Burgos, LXXXVI, 234 (2007/1), (31-52) [17] ASCENDIENTES DE RODRIGO DÍAZ DE VIVAR 47 No es de creer que se impusiera el mismo nombre personal a dos hermanos sucesivos, nacido el uno inmediatamente tras del otro; conocemos casos de dos hermanos con el mismo nombre cuando el mayor había fallecido para conservar así el nombre y el recuerdo en la familia, o en el caso de que un hermano sea hijo legítimo y el otro ilegítimo como sucede en la monarquía de Pamplona. No es válido invocar el argumento de que un mismo documento unos personajes se llamen Munio y otros Nurio para afirmar la equivalencia de ambos nombres personales, como sucede v.g. en un diploma regio de Fernando I del 28 de junio del ario 1046: ...Monio Adefonso, comes...domno Nunio Albariz, alio Munio Albariz, Nuno Gundisaluiz... Monio Haniz (28). Es cierto que tras un cierto Nunio Albariz se consigna alio Munio Albariz como si Nunio y Munio fue- ran un único y mismo nombre personal. El caso aducido carece de fuerza probatoria si consideramos que la copia más antigua existente de este documento data del ario 1613, más de 550 arios posterior al documento original, y que ade- más es copia de otra copia transcrita en el llamado Tumbo Negro. Nada tiene de particular que un copista del siglo XVII o XVIII le Pareciera ser lo mismo Munio que Nunio. La confusión entre los nombres de Munio y Nuño no data de la época en que se redactaba el documento ni de los arios de la Historia Roderici sino de las co- pias más o menos descuidadas de esos documentos. Además si cotejamos el texto que ofrece la profesora Blanco Lo- zano y el lógicamente más elaborado en la edición crítica de la Co- lección Documental de la Catedral de Astorga (29) nos encontramos con que en este último faltan varios testigos y entre ellos el Munio y el Nurio Álvarez, lo que es un índice de la escasa fiabilidad de las copias en ciertos detalles. Tampoco el caso del magnate Gonzalo Núñez de Lara puede adu- cirse para confirmar el uso indistinto de Munio y Nuño como equi- valentes. En la documentación de San Millán de la Cogolla que es la que contiene el mayor número de referencias ciertas de este magna- (28) Pilar Blanco Lozano, Colección diplomática de Fernando 1(1037-1065), León 1987, doc. 31. (29) Gregoria Cavero Domínguez-Encarnación Martín López, Colección docu- mental de la catedral de Astorga, 1(646-1126), León 1999, doc. 306. B.I.F.G. Burgos. LXXXVI, 234 (2007/1), (31-52) 48 GONZALO MARTÍNEZ DIEZ te es designado como Gonzalo Núñez en seis ocasiones (30); única- mente una sola vez es citado como Gondisalvo Munioz, pero como esta cita procede de una copia en un cartulario y no de un original el hecho de que se trate de un lectura equivocada del copista surge co- mo la explicación más probable. En la colección diplomática de Alfonso VI encontramos entre los arios 1075 y 1105 hasta treinta y cinco menciones de Gonzalo Núñez como testigo o confirmante (31), aunque de ellas debemos deducir al menos cuatro por tratarse de diplomas espurios (32); en cambio Gonzalo Muñoz es citado tan sólo en toda la colección dos veces: una en un diploma falso, que no merece nuestra consideración (33) y la segunda en otro documento en el que coincide también con nuestro Gonzalo Núñez, lo que hace de ambos confirmantes dos personas distintas: Gonzaluo Nunnic conf... y nueve lugares más adelante igualmente confirmado el documento: Gonzaluo Munioc (34). Además contamos con un hecho complementario que nos pro- porciona la confirmación de que el conde Munio Laínez nada tenía que ver con el Nurio Laínez, bisabuelo del Cid, y es que del prime- ro sabemos que estuvo casado con Froiloba Vermúdez, hija del con- de del Cea, Vermudo Núñez, sin que nos conste ningún otro enlace matrimonial (35), mientras igualmente la única esposa conocida de Nurio Laínez fue doña Eylo, confirmando así que nos encontramos ante dos personas distintas. e) Laín Núñez Según la Historia Roderici Nurio Laínez tuvo un hijo de nombre Laín Núñez, que fue el abuelo de Rodrigo Díaz de Vivar: Nunnus (30) María Luisa Ledesma Rubio, Cartulario de San Millán de la Cogolla (1076- 1200), Zaragoza 1989, doc. 157, 187, 190, 228, 254 y 269. (31) Andrés Gambra, Alfonso VI: cancillería, curia e imperio, II: Colección Di- plomática, León 1998, doc. 26, 29, 34, 40, 73, 74, 80, 81, 82, 86, 90, 91, 97, 108, 102, 113, 116, 118, 122, 126, 127, 128, 133, 142, 144, 147, 148, 151, 155, 158, 160, 161, 173, 178 y 184. (32) 0.c., doc. 26, 81, 108 y 118. (33) 0.c., doc. 88: Gunsaluiz Muniz conf. (34) 0.c., doc. 160. (35) Margarita Torre Sevilla, Linajes nobiliarios de León y Castilla. Siglos IX- XIII, Valladolid 1999, p. 47 y 134. B.I.F.G. Burgos, LXXXVI, 234 (2007/1), (31-52) [19] ASCENDIENTES DE RODRIGO DÍAZ DE VIVAR 49 autem Flaynez accepit istam Eylo in uxorem et genuit ex ea Flay- num Nunez (36); este abuelo del Cid, según la hipótesis de la docto- ra Torre Sevilla sería el mismo Flaín Muñoz del linaje de los Flaínez de tierras leonesas. Sería el tercer ascendiente de la genealogía de Rodrigo identificado como miembro del mencionado linaje. Pero volvemos a tropezar con la misma dificultad que no es posi- ble asimilar como un único y mismo patronímico a Muñoz con Nú- ñez: el primero corresponde a hijo de Munio mientras el padre de los segundos es siempre Nurio y nunca Munio, a no ser en algún muy raro error de algún copista que leyó mal el mencionado patro- nímico. En la documentación del monasterio de Santa María del Otero donde encontramos entre los arios 986 y 1009 citado al conde Flaín o Flaino Muñoz hasta en once diplomas, en todos ellos su nombre per- sonal va acompañado del patronímico Muñoz y nunca de Núñez (37). En los numerosos diplomas de la catedral de León tampoco hemos logrado identificar ni un solo caso en el que aparezca como intercam- biable el patronímico Muñoz con Núñez; aunque el primero reviste hasta treinta y dos formas diferentes, a saber: Manioni, Miniciz, Mo- hice, Moniiz, Monionis, Monioz, Monis, Moniuz, Moniz, Monniuce, Monniuz / -iz, Monniz, Monuz, Muneoni / -zi, Munici, Munii, Muniniz, Muninz, Munion / -i-is -iz, Munioz, Muniuce, Muniuz /-i, Muniz /-i, Munneoni /-is, Munnioniz, Munnioz, Munniuz, Munniz 1-i, Mununz, Muñoz, Mvniz (38). Al mismo tiempo el patronímico Núñez, mucho menos frecuente, también ofrece un número de formas más reducido y menos varia- do: Nunez/ -e, Nuni/ -z -zi, Nunnel -ç -ez, Nunni/ -z -zi -zzi, Nun- ninz, Nunniti (39). (36) Trad. Irene Ruiz Albi, Historia latina de Rodrigo Díaz de Vivar, Burgos 1999 , p. 103. Texto latino, José Manuel Ruiz Asencio, Historia latina..., p. 54. (37) Colección de Otero de las Dueñas, doc. 26: Flaynus Munizii; doc. 27:Flaino Monizii; doc. 31: Fllayno Munizi; doc. 32: Flaynum Munici; doc. 33: Flayno Munizi; doc. 34: Fllayno Munizi; doc. 38: comite Flaino Monizi, doc. 39: comite Flaino Mo- nzzi; doc. 43: gomite Fllaino Munizii; doc. 44: Flaino Munizi; y doc. 82: ...pro animade uiro meo Flaino Monizi. (38) José W Fernández Catón-José Manuel Ruiz Asencio, Colección documen- tal del archivo de la catedral de León (775-1230), VII: Apéndices e índices, León2 002, p. 273. (39) 0.c., p. 277. B.I.F.G. Burgos, LXXXVI, 234 (2007/1), (31-52) 50 GONZALO MARTINEZ DIEZ [20] Todo nos persuade que al igual que Munio y Nuño son dos nom- bres distintos, lógicamente también Muñoz y Núñez constituían dos patronímicos no intercambiables ni equivalentes. Consecuentemente en esta documentación de la catedral de Le- ón el conde Lain Muñoz es citado hasta seis veces entre los arios 990 y 997 (40) siempre como Laín Muñoz o Laín Muñoz y nunca con el patronímico Núñez en ninguna de sus formas. También los esquemas genealógicos nos confirman que el conde Lain Muñoz nada tenía que ver con el Lain Núñez, abuelo del Cid, ya que según la documentación la madre del primero era la conde- sa Froiloba Vermúdez de Cea (41) mientras la del segundo, según la Historia Roderici, respondía al nombre de Eylo (42). d) Diego Lainez Este es el nombre del padre del Cid, al que también la autora cu- ya hipótesis estamos analizando introduce en el linaje de los Laí- nez, condes leoneses, haciéndolo hijo del conde Laín Muñoz, pero nada hay más fácil de demostrar que esta supuesta paternidad del conde leonés respecto del padre del Cid no se sostiene, ya que con- tamos con un diploma datado el 15 de julio del ario 1009 en el que doña Justa Pépiz, esposa del conde Flaín Muñoz nombra a sus cua- tro hijos, de nombre Munio Lainez, Fernando Lainez, Pedro Lainez y Elvira, sin que entre ellos aparezca el presunto o imaginado Die- go Lainez: Ego lusta Pepizi, una parider gum filios meos Munnio Flainici et Fredenando Flayniz et Pedrum Flainici et Gylloira, uo- bis nepto meo Flaino Pedrizi... (43). No podemos recrear a nuestro arbitrio eslabones imaginarios en la cadena genealógica de los Fla- Mez leoneses ignorando o al margen de los datos documentales. Además la propia autora en su documentado y erudito estudio sobre los linajes nobiliarios leoneses y castellanos al describir el li- (40) José Manuel Ruiz Asencio, Colección documental del archivo de la catedral de León 775-1230), III: 986-1031, León 1987. doc. 541, 549, 550, 567 574 y 577. (41) Margarita Torre Sevilla, Linajes nobiliarios de León y Castilla. Siglos IX- XIII, Valladolid 1999, p. 134. (42) José Manuel Ruiz Asencio, Historia latina de Rodrigo Díaz de Vivar, Bur- gos 1999, p. 53-54: (43) Colección de Otero de las Dueñas, doc. 82. B.I.F.G. Burgos, LXXXVI, 234 (2007/1), (31-52) [21) ASCENDIENTES DE RODRIGO DÍAZ DE VIVAR 51 naje de los Laínez en ningún momento conoce ni consigna en el es- quema genealógico de la familia a ningún Diego Laínez, y menos como hijo del conde Laín Muñoz (44). CONCLUSIÓN. Hemos visto como las pretendidas coincidencias que se aducen entre los ascendientes del Cid Campeador según la Historia Roderi- ci y el esquema genealógico del linaje condal de los Laínez leoneses afectan a cuatro eslabones de la cadena familiar y que en ninguno de los cuatro casos queda demostrada esa pretendida relación. El primero de ellos hace referencia al conde Laín al que se le identifica con Laín Fernández el tatarabuelo del Cid, simplemente Porque coincide en los personajes el nombre Laín, coincidencia que se extendería a decenas y decenas de otros personajes; se refuerza arbitrariamente esta coincidencia atribuyendo sin ninguna prueba histórica el patronímico Fernández, aunque sea entre paréntesis, Cuando ninguna fuente histórica consigna ese pretendido patroní- mico. La segunda coincidencia sería la del también conde Munio Flaí- nez con Nurio Flaínez, el bisabuelo del Cid, basada en la pretendida equivalencia de los nombres personales Munio y Nuño, cuando to- dos los testimonios de las fuentes coinciden en presentarlos como dos nombres distintos y cuando nos consta que tuvieron esposas di- versas, el primero a Froiloba Vermúdez y el segundo a doña Eylo. La tercera pretendida coincidencia identifica al conde Flaín Mu- ñoz con el abuelo del Cid llamado Flaín Núñez, incurriendo en un falso supuesto, muy semejante al anterior, como si Muñoz y Núñez fueran el mismo patronímico, cuando se trata de dos patronímicos distintos derivados de dos nombres personales igualmente diversos Y cuando los nombres de sus madres no coinciden. Finalmente la cuarta coincidencia aducida consiste en convertir a Diego Laínez, el padre del Cid, en hijo del conde Flaín Muñoz, pa- rentesco no acreditado con ninguna fuente, sino al revés, cuando el (44) Margarita Torre Sevilla, Linajes nobiliarios de León y Castilla. Siglos IX- XIII, Valladolid 1999, p. 133-143. B.I.F.G. Burgos, LXXXVI, 234 (2007/1), (31-52) 152 GONZALO MARTÍNEZ DIEZ [22] diploma que enumera la descendencia del mencionado conde no in- cluye en ella a ningún Diego Laínez. La vinculación de la ascendencia de Rodrigo Díaz de Vivar con el linaje condal leonés de los Flaínez ha sido una hipótesis sugeren- te y brillante, que ha podido deslumbrar en algún momento, pero que carece de cualquier base histórica. Acerca de la genealogía pa- terna del héroe castellano nos mantenemos y reafirmamos con el maestro Menéndez Pidal en el esquema que nos ofrece la Historia Roderici, haciéndolo descender de Laín Calvo, aunque este no fue- ra ningún juez de Castilla, ya que no tenemos pruebas suficientes para convertir la leyenda de los jueces en un hecho y realidad his- tórica. B.I.F.G. Burgos, LXXXVI, 234 (2007/1), (31-52)