dc.description.abstract | En la última década, el interés por el estudio de las cualidades positivas de los
estudiantes ha proliferado dentro de la psicología de la educación (Kristjánsson,
2012). Entre las cualidades mencionadas destaca el compromiso escolar, constructo
identificado como un factor crucial para el desarrollo del bienestar psicosocial y el
éxito con los estudios (Motti-Stefadini y Masten, 2013; Ramos-Díaz, RodríguezFernández, Fernández-Zabala, Revuelta, y Zuazagoitia, 2016). La variable de
compromiso no cuenta con una acotación conceptual unívoca, por lo que genera un
debate para los investigadores (Appleton, Christenson, y Furlong, 2008; Lawson y
Lawson, 2013). Aunque puede definirse como el nivel en que el estudiante se
compromete académicamente y muestra motivación hacia sus estudios (SimonsMorton y Chen, 2009), es decir, es un meta-constructo que abarca tres dimensiones:
conductual, emocional y cognitiva (Appleton, 2012; Fredricks, Blumenfeld, y Paris,
2004; Glanville y Wildhagen, 2007; González y Verónica-Paoloni, 2014; Veiga, Burden,
Appleton, Céu, y Galvao, 2014). | es |