En los últimos tiempos ha cobrado fuerza en las ciudades españolas la necesidad de contar
con una red de carril bici con gran parte de su recorrido segregado del resto del tráfico. En
paralelo, la pandemia de COVID-19 iniciada en 2020 provocó el interés de muchos
municipios por crear redes provisionales de carril bici segregadas, mediante obras que se
limitaban a alterar la señalización del viario. Para ambas situaciones -planificación de una
red definitiva o una red provisional- se desarrolla un método de planificación rápida basado
en herramientas GIS que consiste en analizar el conjunto de vías urbanas consolidadas,
recabando datos de parámetros como la geometría transversal y longitudinal, la existencia
de aparcamientos o la definición del tráfico en su sección tipo. A partir de los datos se obtiene
el conjunto de calles que están en condiciones de ser modificadas para introducir en ellas un
carril bici sin alterar el esquema circulatorio previo. El método se aplica a la zona centro de
la ciudad de Gijón, España.
