El siglo XXI ha denotado un refuerzo de las formaciones de derecha radical populista en Europa. Así, los comicios europeos de 2019 suponían un reto para las instituciones europeas ante el auge de estas formaciones en prácticamente todos los estados miembros. Este artículo tiene el objetivo de comprobar si los partidos de derecha radical populista siguen la tendencia comunicativa que la teoría establece para este tipo de formaciones y si, comparativamente con el resto de contendientes europeos, han marcado una diferencia en su estrategia comunicativa. Gracias a los datos del Project Platform Europe, se ha realizado un análisis de casi 10.000 materiales de campaña para poder concluir que, efectivamente, existen diferencias sutiles entre las formaciones de derecha populista y el resto de los partidos políticos que concurrieron a las elecciones europeas de mayo de 2019 y las pautas teóricas comunicativas se han cumplido a la perfección, lo que denota una americanización y polarización de la campaña electoral.
The 21st century has denoted an extension and reinforcement of radical right-wing populist formations in Europe. Thus, the 2019 European elections posed a challenge for the European institutions due to the rise of these formations in practically all member states. The aim of this article is to check whether the radical populist right parties follow the communicative tendency that the theory establishes for this type of formations. And if, compared to the rest of the European contenders, they have made a difference in their communicative strategy. Thanks to data from Project Platform Europe, an analysis of almost 10,000 campaign materials has been carried out. This analysis leads us to be able to conclude that there are indeed subtle differences between the populist right-wing formations and the rest of the political parties that contested the European elections of May 2019. The analysis also leads us to establish the theoretical communicative guidelines that have been perfectly fulfilled and that what it denotes is an Americanization (with an evident presidentialization of politics in the figure of the leader) and polarization of the electoral campaign.
